martes, 28 de febrero de 2012


                  Indice

·        Apendicitis__síntomas y tratamiento.
·        Cáncer Colorrectal__causas, síntomas y tratamiento.
·        Cáncer de Estómago__causas,síntomas y tratamiento.
·        Cirrosis Hepática__causas,síntomas y tratamiento.
·        Colitis Ulcerosa__síntomas causas y tratamiento.
·        Enfermedad del Crohn__tipos, fases,síntomas y tratamiento.
·        Enfermedad Diverticular__causas, síntomas ytratamiento.
·        Enfermedadpor Reflujo Gastroesofágico__síntomas ytratamiento.
·        Esófago de Barrett__causas y tratamiento.
·        Gastritis__causas, síntomas y tratamiento.
·        Gastroparesis__causas, síntomas y tratamiento.
·        Hernia de Hiato__causas, síntomas y tratamiento.
·        Hernia Inguinal__tipos y tratamiento.
·        Peritonitis__causas, síntomas y tratamiento.
·        Síndrome del intestino irritable__síntomas y tratamiento.
·        Úlcera Péptica__causas,síntomas y tratamiento.


Apendicitis

Apendicitis es la inflamación del apéndice, ubicado en el ciego, que es la porción donde comienza el intestino grueso. Normalmente los casos de apendicitis aguda requieren de un procedimiento quirúrgico llamado apendicetomía bien por laparoscopia o laparotomía que no es más que la extirpación del apéndice inflamado. El tratamiento siempre es quirúrgico. En casos sin tratamiento, el índice de morbimortalidad es elevado, principalmente debido a complicaciones como la peritonitis y el shock séptico, en particular cuando el apéndice inflamado se rompe. La mortalidad asociada al proceso es baja salvo cuando aparece perforación libre y peritonitis asociada a shock séptico.

  
                                                                         Corte longitudinal de un apéndice inflamado.
Síntomas
·        El inicio de los síntomas normalmente es brusco y de rápida evolución (12 a 24 horas).
·        Aparece dolor abdominal, típicamente en la zona cercana al ombligo, junto con fiebre, nauseas, vómitos, pérdida de apetito y la necesidad de defecar o expulsar gases.
·        El dolor tiende a localizarse en la parte derecha del bajo vientre, que duele más al retirar la mano después de presionar el abdomen en ese sector.
Tratamiento
Una vez diagnosticada la apendicitis aguda, el paciente debe recibir tratamiento médico y quirúrgico.
·        Método abierto: Bajo anestesia, se practica una incisión en la parte inferior del lado derecho del abdomen. El cirujano encuentra el apéndice y lo extirpa. Si el apéndice está roto, es posible que se coloque un pequeño tubo de drenaje para permitir que se drenen el pus y otros líquidos que estén en el abdomen. El tubo se retirará en unos cuantos días, cuando el cirujano crea que la infección abdominal ha cedido.

                                                   Apéndice inflamado siendo retirado por cirugía abierta.                                                      

·        Método laparoscópico: Este procedimiento utiliza varias incisiones pequeñas y una cámara llamada laparoscopia para mirar dentro del abdomen durante la operación. Bajo anestesia, los instrumentos que el cirujano usa para extirpar el apéndice se introducen por las diferentes incisiones y el laparoscopia se coloca en otra de éstas. Este método generalmente no se lleva a cabo si el apéndice está roto.


                                                         Cirugía laparoscopica



Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal, también llamado cáncer de colon, incluye cualquier tipo de neoplasias del colon, recto y apéndice. Se piensa que muchos de los casos de cáncer colorrectal nacen de un pólipo adenomatoso en el colon. Estos crecimientos celulares en forma de hongo son usualmente benignos, pero de vez en cuando se vuelven cancerosos con el tiempo. En la mayoría de los casos, el diagnóstico del cáncer localizado es por colonoscopia. El tratamiento es por lo general quirúrgico, y en muchos casos es seguido por quimioterapia.

Imagen endoscópica de un cáncer colorrectal.

Causas

Edad: La mayor parte de los casos de cáncer de colon se presenta en pacientes mayores de 50 años.
Dieta: El cáncer de colon parece estar asociado a dietas ricas en grasas y pobres en fibra. En este sentido, actualmente se están llevando a cabo numerosas investigaciones.
Herencia: En el cáncer de colon desempeña un importante papel la herencia familiar, ya que existe la posibilidad de que se transmita hereditariamente y predisponga a la persona a sufrir la enfermedad. Sin embargo, esto puede detectarse y el cáncer tratarse de manera precoz.
Historial médico: Se ha demostrado que quienes tienen una mayor predisposición a padecer esta enfermedad son las personas que tienen o han tenido: pólipos (crecimiento benigno) de colon o recto; Colitis ulcerosa (inflamación o ulceración del colon); Cáncer como mama, útero u ovario.
Parientes que también han sufrido de cáncer de colon.
Estilo de vida: Existen ciertos factores que dependen del estilo de vida y que predisponen a la aparición del cáncer de colon, como, por ejemplo, la obesidad, la vida sedentaria y el tabaquismo.

Síntomas

El cáncer colorrectal no suele dar síntomas hasta fases avanzadas y por eso la mayoría de pacientes presentan tumores que han invadido toda la pared intestinal o han afectado los ganglios regionales. Cuando aparecen, los síntomas y signos del carcinoma colorrectal son variables e inespecíficos. La edad de presentación habitual del cáncer colorrectal es entre los 60 y 80 años de edad. En las formas hereditarias el diagnóstico acostumbra a ser antes de los 50 años. Los síntomas más frecuentes incluyen hemorragia rectal, cambios en las defecaciones y dolor abdominal. La presencia de síntomas notables o la forma en que se manifiestan depende un poco del sitio del tumor y la extensión de la enfermedad:
·        Cáncer de colon derecho: Los síntomas principales son dolor abdominal, síndrome anémico y, ocasionalmente, la palpación de un tumor abdominal. Como el contenido intestinal es relativamente líquido cuando atraviesa la válvula ileocecal y pasa al colon derecho, en esta localización los tumores pueden llegar a ser bastante grandes, produciendo una estenosis importante de la luz intestinal, sin provocar síntomas obstructivos o alteraciones notables del hábito intestinal. El dolor abdominal ocurre en más del 60% de los pacientes referido en la mitad derecha del abdomen. El síndrome anémico ocurre también en más del 60% de los casos y se debe a pérdida continuada, aunque mínima, de sangre que no modifica el aspecto de las heces, a partir de la superficie ulcerada del tumor. Los pacientes refieren fatiga (cansancio, debilidad) palpitaciones e incluso angina de pecho y se les descubre una anemia microcítica e hipocroma que indica un déficit de hierro. Sin embargo, como el cáncer puede sangrar de forma intermitente, una prueba realizada al azar para detectar sangre oculta en heces puede ser negativa. Como consecuencia, la presencia de una anemia ferropénica en cualquier adulto, con la posible excepción de la mujer multípara premenopáusica, obliga a hacer un estudio preciso endoscópico y radiológico de todo el colon. Por razones desconocidas, las personas de raza negra tienen una incidencia mayor de lesiones en el colon derecho que las personas de raza blanca. Puede pasar desapercibido si se localiza en el ángulo hepático del colon y éste se oculta bajo la parrilla costal.
·        Cáncer de colon izquierdo: Por ser más estrecho, el dolor cólico en abdomen inferior puede aliviarse con las defecaciones. Es más probable que estos pacientes noten un cambio en las defecaciones y eliminación de sangre roja brillante (rectorragia) condicionados por la reducción de la luz del colon. El crecimiento del tumor puede ocluir la luz intestinal provocando un cuadro de obstrucción intestinal con dolor cólico, distensión abdominal, vómitos y cierre intestinal.
·        Cáncer de rectosigma: Como las heces se van concentrando a medida que atraviesan el colon transverso y el colon descendente, los tumores localizados a este nivel tienden a impedir su paso al exterior, lo que origina un dolor abdominal tipo cólico, a veces con obstrucción intestinal (íleo obstructivo) e incluso con perforación intestinal. En esta localización es frecuente la rectorragia, tenesmo rectal y disminución del diámetro de las heces. Sin embargo, la anemia es un hallazgo infrecuente. A veces la rectorragia y el tenesmo rectal son síntomas frecuentes de hemorroides, pero ante una rectorragia con o sin trastornos del hábito intestinal (diarrea o estreñimiento) es preciso realizar un tacto rectal y una proctosigmoidoscopia. La uretritis ocurre cuando el tumor se encuentra muy cerca de la uretra y puede comprimirla y originar infecciones recurrentes urinarias. Cuando su extensión sobrepasa los límites de la pared rectal, el paciente puede aquejar síntomas urinarios atribuibles a invasión vesical como hematuria y polaquiuria. Si aparece una fístula rectovesical hay neumaturia e infecciones urinarias recidivantes.  

Tratamiento

Para el tratamiento del cáncer del colon existen tres clases de tratamientos disponibles, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia
- La cirugía se utiliza en todas las etapas de extensión del cáncer de colon, pudiéndose utilizar:
·        En tumores cancerosos muy iniciales, se puede realizar mediante el colonoscopio un corte del la zona afectada, que suele ser un pólipo (polipectomía).
·        Si el cáncer es mayor se extirpara el cáncer y una parte circundante de tejido sano, luego se conectan las terminaciones resultantes, y se limpian los ganglios de la zona
·        Si la unión se hace dificultosa se realiza una apertura del colon hacia el exterior, lo que se llama colostomía. Esta puede ser transitoria y al mejorar el cuadro volverse a cerrar. Si la colostomía es permanente precisará de una bolsa especial para recoger las heces.
- La radioterapia en el cáncer de colon puede ser interna o externa y se usa sola o con cirugía y/o quimioterapia.
- La quimioterapia se realiza a través de un tubo que se deja instalado en la vena mientras una bomba pequeña le proporciona tratamiento continuo por un periodo de semanas, o se realiza en inyecciones periódicas en la cánula instalada. Se suele administrar tras la operación de cirugía.

Cáncer de estómago

El cáncer de estómago o cáncer gástrico es un tipo de crecimiento tisular maligno producido por la proliferación contigua de células anormales con capacidad de invasión y destrucción de otros tejidos y órganos, en particular el esófago y el intestino delgado, causando cerca de un millón de muertes en el mundo anualmente. En las formas metastásicas, las células tumorales pueden infiltrar los vasos linfáticos de los tejidos, diseminarse a los ganglios linfáticos y, sobrepasando esta barrera, penetrar en la circulación sanguínea, después de lo cual queda abierto virtualmente el camino a cualquier órgano del cuerpo.



Causas

Hay diferentes tipos de cáncer que pueden ocurrir en el estómago. El más común se denomina adenocarcinoma, el cual comienza a partir de uno de los tipos comunes de células en el revestimiento del estómago.
Hay varios tipos de adenocarcinoma. Debido a que otras formas de cáncer gástrico se presentan con menos frecuencia, este artículo se centra en el adenocarcinoma del estómago.
El adenocarcinoma del estómago es un cáncer común del tubo digestivo que se presenta en todo el mundo, aunque es relativamente raro en los Estados Unidos. Ocurre con mayor frecuencia en hombres mayores de 40 años y es un tipo de cáncer gástrico extremadamente común en Japón, Chile e Islandia.
En los Estados Unidos, la tasa de la mayoría de los tipos de adenocarcinomas gástricos ha disminuido con el pasar de los años. Los expertos piensan que la disminución puede deberse a que la gente está comiendo menos alimentos curados, salados y ahumados.
Los factores de riesgo asociados con el cáncer gástrico son:
·        Antecedente familiar de esta enfermedad.
·        Infección por Helicobacter pylori (una bacteria común que también puede causar úlceras gástricas).
·        Antecedentes previos de un pólipo gástrico adenomatoso de un tamaño mayor a dos centímetros.
·        Antecedentes de gastritis atrófica crónica.
·        antecedentes de anemia perniciosa.
·        Tabaquismo.

Síntomas

El cáncer de estómago puede ser difícil de detectar en sus inicios ya que a menudo no hay síntomas, y en muchos casos, el cáncer se ha extendido antes de que se encuentre. Cuando ocurren los síntomas, son a menudo tan discretos que la persona no se preocupa por ellos. El cáncer del estómago puede causar los siguientes efectos:
·        Indigestión o una sensación ardiente
·        Malestar o dolor abdominal
·        Náuseas y vómitos
·        Diarrea o estreñimiento
·        Hinchazón del estómago después de comidas
·        Pérdida del apetito
·        Debilidad y fatiga
·        Sangrados inhabituales
·        Cambios en el ritmo intestinal o urinario
·        Heridas que tarden en cicatrizar
·        Dificultad en ingerir alimentos
·        Cambios repentinos en el aspecto de verrugas cutáneas
·        Tos persistente o ronquera
·        Pérdida de peso
·        Mal aliento

Tratamiento

El tratamiento se adapta para abarcar las necesidades individuales de cada paciente y depende generalmente del tamaño, de la localización y del grado del tumor, de la etapa de la enfermedad, de la salud general del paciente y de otros factores.
Se hace importante que los pacientes con cáncer aprendan sobre su enfermedad y las opciones de tratamiento para que, de esta forma, puedan tomar parte activa en decisiones sobre su asistencia médica. El especialista es la mejor persona para contestar a preguntas sobre diagnosis y planes de tratamiento.
     Métodos de tratamiento: El cáncer del estómago es difícil de curar a menos que se encuentre en fases tempranas (antes de que haya comenzado a diseminarse). Desafortunadamente, ya que el cáncer temprano de estómago causa pocos síntomas, la enfermedad se detecta generalmente cuando se hace el diagnóstico durante un examen de rutina o en estadios más avanzados. Sin embargo, el cáncer avanzado de estómago puede ser tratado y sus síntomas eliminados. Las medidas terapéuticas tradicionales para el cáncer del estómago incluyen la cirugía (cuando sea rentable la excisión de todas las células malignas), radiación ionizante (electromagnéticas o por partículas para producir una destrucción tisular) y quimioterapia (la utilización de fármacos para el tratamiento del cáncer). Los nuevos procedimientos en el tratamiento, tales como terapia biológica y maneras mejoradas de usar los métodos actuales se están estudiando en ensayos clínicos. Un paciente puede tener un único tratamiento o una combinación de tratamientos.
Los ensayos clínicos para encontrar las mejores maneras de utilizar la quimioterapia para tratar el cáncer del estómago están en proceso. Los científicos están explorando las ventajas de dar la quimioterapia antes de que cirugía para contraer el tumor, o como terapia ayudante después de la cirugía para destruir las posibles células de cáncer restantes. El tratamiento de la combinación con radioterapia de la quimioterapia está también bajo estudio. Los doctores están probando un tratamiento en el que las drogas anticáncer se pongan directamente en el abdomen (quimioterapia intraperitoneal). La quimioterapia también se está estudiando como tratamiento para el cáncer que se ha separado, y como manera de relevar los síntomas de la enfermedad.



Cirrosis hepática

La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis ("cicatrices") en el tejido hepático. Estos cambios del tejido interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado, ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de dicho órgano y en
sus funciones. 

                                                                         
Causas:
·        Virus de hepatitis B, C, y D.
·        Consumo excesivo de alcohol.
·        Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica): Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.
·        Enfermedades hereditarias o congénitas.
·        Ausencia de proteínas específicas o enzimas para metabolizar diferentes substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.
·        Reacción severa a drogas o medicamentos.
·        Exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.
·        Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).
·        Obstrucción prolongada del conducto biliar, como la colangitis esclerosante.

 Síntomas:

·        Pérdida de apetito.
·        Malestar general.
·        Náusea y vómitos.
·        Pérdida de peso.
·        Agrandamiento del hígado.
·        Ictericia o coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos, debido a la acumulación de la sangre cuando el hígado no es capaz de eliminar bien la bilis.
·        Prurito o picazón.
·        Ascitis o líquido en el abdomen, por mala circulación de la sangre en el hígado.
·        Vómitos con sangre, por ruptura de venas (várices) en la parte baja del esófago.
·        Hipersensibilidad (sensibilidad aumentada) a los medicamentos, provocada por mal funcionamiento del hígado.
·        Encefalopatía o cambios del estado de conciencia, los que pueden ser sutiles (confusión) o profundo (coma).

Tratamiento:
·        En el caso de la cirrosis alcohólica, la abstención total y una dieta balanceada son partes importantes del tratamiento.
·        En el caso de la cirrosis secundaria a hepatitis viral, se usan medicamentos para aumentar la respuesta del sistema de inmunidad contra el virus, como el interferón.
·        En casos de cirrosis causada por hepatitis autoinmune, los corticosteroides solos o combinados con la azatioprina pueden ser un tratamiento efectivo.
·        En los pacientes cirróticos con ictericia, el tratamiento suplementario con vitaminas liposolubles pueden ayudarlos.
·        Muchos tipos de cirrosis requieren un trasplante de hígado cuando la insuficiencia hepática está avanzada.



Colitis ulcerosa

La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria del colon (el intestino grueso) y del recto. Está caracterizada por la inflamación y ulceración de la pared interior del colon. Los síntomas típicos incluyen diarrea (algunas veces con sangre) y con frecuencia dolor abdominal.
El diagnóstico definitivo lo establece la endoscopia digestiva baja con toma de biopsias. Los gastroenterólogos son los especialistas que suelen diagnosticar y tratar esta enfermedad.

Imagen Endoscópica de colon sigmoide afecto de colitis ulcerosa.

Causas

Existen diversas teorías sobre las causas de la colitis ulcerosa, ninguna de ellas comprobada. No se conoce la causa de la colitis ulcerosa, y actualmente no hay cura, excepto a través de la extirpación quirúrgica del colon. Una teoría sugiere que algún agente, que puede ser un virus o una bacteria atípica, interactúa con el sistema inmune del cuerpo y desencadena una reacción inflamatoria en la pared intestinal.
Aunque existe evidencia científica que demuestra que las personas que tienen colitis ulcerosa padecen anomalías del sistema inmune, se desconoce si estas anomalías son una causa o un efecto de la enfermedad.

Tratamiento

El tratamiento se basa en antiinflamatorios e inmunoreguladores.
El ácido 5 aminosalicílico (5-ASA) es un compuesto antiinflamatorio similar a la aspirina que constituye uno de los principales tratamientos de esta patología. Se encuentra en fármacos como la sulfasalazina y mesalamina o mesalazina, como uno de sus componentes. La molécula debe de manipularse farmacológicamente porque si se administra pura, sería absorbida por el intestino delgado y no llegaría a colon donde ejerce su efecto. Es un efecto tópico, por contacto con la mucosa afectada. En el colon las bacterias de la flora bacteriana descomponen la molécula de sulfazalacina en una sulfa y el 5-ASA, o la molécula de mesalamina en dos moléculas de 5-ASA y entonces ejerce su efecto antiinflamatorio sobre la mucosa. Suelen administrarse en forma crónica a los pacientes.
Los corticoesteroides son antiinflamatorios más poderosos y por ende con mayores efectos secundarios. Se pueden administrar por vía oral, intravenosa o en enemas. Se utilizan cuando el empleo de la 5-ASA no es suficiente para que el paciente entre en remisión (se inactive la enfermedad). Lo ideal es utilizarlos a la menor dosis posible por el menor tiempo posible, sin embargo algunos pacientes los necesitan en dosis altas durante las crisis severas y otros a dosis bajas de forma crónica para poderse mantener con baja actividad inflamatoria.
Otros inmunoreguladores como la azatioprina se pueden utilizar en los casos más severos para controlar una crisis, o para dar mantenimiento de la terapéutica. La utilización de estos medicamentos podría facilitar el bajar la dosis de corticoesteroides.


Enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn es una enfermedad crónica de origen desconocido que quizás tiene un componente autoinmune en la cual el sistema inmunitario del individuo ataca su propio intestino produciendo inflamación. Frecuentemente la parte afectada es el íleon o tramo final del intestino delgado, aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier lugar del tracto digestivo.

                                            Parte del colon afectada por la enfermedad del Crohn.                                                              
         
Tipos                    
Dependiendo del lugar de la inflamación se clasifica el Crohn en:

·        Ileocolitis, es la forma más común, afecta la parte inferior del intestino delgado (íleon) y el intestino grueso (colon).
·        Enteritis de Crohn, afecta al intestino delgado en general,
·        Ileítis, que afecta al íleon o porción final del intestino delgado.
·        Enfermedad de Crohn gastroduodenal, que causa inflamación en el estómago y la primera parte del intestino delgado, denominada duodeno.
·        Yeyunoileítis, que ocasiona parches de inflamación desiguales en la mitad superior del intestino delgado (yeyuno)
·        Colitis de Crohn (granulomatosa), que afecta al colon.
·        Crohn en estado crítico estenosante, se han documentado pocos casos en el mundo y se da cuando la enfermedad no responde a ningún tratamiento, en este caso se procedería a la cirugía si el área afectada no fuese muy extensa.     
Los tres tipos más frecuentes de Crohn atendiendo a la zona afectada de los intestinos

Fases
La enfermedad se caracteriza por períodos de actividad (brotes) e inactividad (remisión). Estos períodos varían según los pacientes, en algunos la remisión dura años; sin embargo en otros se pueden producir brotes continuos. Las fases de remisión se caracterizan por la ausencia de síntomas, mientras en las fases de actividad se presentan mayoritariamente dolores abdominales, diarrea, vómitos, obstrucciones, fiebre, pérdida de apetito y pérdida de peso.

Síntomas
Los pacientes con enfermedad de Crohn pueden tener síntomas muy variables. Unos pocos no sufren casi molestias, otros pocos tienen molestias graves y continuas, y la mayoría se encuentra entre uno y otro extremo, con síntomas que aparecen y desaparecen, mejorando generalmente con el tratamiento.
Dependiendo de dónde esté localizada la enfermedad, los síntomas pueden variar. Las personas con afectación del intestino delgado, la más común, tienen sobre todo diarrea, dolor abdominal y lo que se llama síntomas generales: debilidad, pérdida de peso, falta de apetito. En el caso de la afectación del colon, va a predominar la diarrea, a veces con sangre.
También el tipo de enfermedad determina los síntomas. Los pacientes que tienen síntomas inflamatorios suelen tener más dolor y diarrea, mientras que los que tienen síntomas de estenosis o estrechez, tienen más dolor, e incluso pueden presentar obstrucción intestinal.
Es importante recordar que la enfermedad de Crohn puede afectar al ano, produciendo lesiones de tipo fístula, absceso o úlcera, con sus correspondientes molestias.
En cada paciente se pueden añadir otros síntomas, como los dependientes de la anemia (debilidad, palidez), de las manifestaciones extraintestinales (dolores articulares, lesiones en la piel), muchos otros síntomas digestivos (vómitos, por ejemplo).
Los niños con Crohn pueden sufrir retrasos en el rendimiento escolar, en el desarrollo sexual y en el crecimiento.
También se producen algunas complicaciones como consecuencia de la inflamación intestinal como la obstrucción intestinal, fístulas entre vísceras vecinas o megacolon tóxico, incluso la muerte del paciente si la enfermedad esta en estado crítico.
                                                                                                    
Tratamiento
Hoy por hoy, la enfermedad de Crohn no es curable, pero sí controlable, y la mayoría de las personas pueden hacer una vida normal. El fin del tratamiento es evitar nuevos brotes o reducir la duración de los que surgen. Algunos de los tratamientos son:
·        Tratamiento farmacológico, que sigue siendo la base, y que incluye diversas familias de fármacos. Los glucocorticoides se suelen emplear en los brotes agudos, y los inmunosupresores como la azatioprina, la mercaptopurina o el metotrexato, para mantener el efecto a largo plazo. Últimamente se han desarrollado las llamadas terapias biológicas, como el infliximab y el adalimumab, que consiguen detener la inflamación, a veces de manera importante, aunque no son necesarias en todos los pacientes.
·        Tratamiento quirúrgico: en el cual se extirpa la parte de intestino afectada y la persona queda libre de síntomas a corto plazo. Esta operación nunca es curativa, ya que en la mayoría de los casos la inflamación reaparece cerca del lugar de la cirugía. El uso de antinflamatorios puede retrasar la recurrencia de la inflamación. Hay casos en que los pacientes han durado hasta más de 15 años sin síntomas.
·        Tratamiento por fotoféresis: el paciente es sometido al procedimiento de fotoféresis extracorpórea con lo cual se ha observado evolución positiva en un importante número de pacientes.
·        Tratamiento alternativo dietético: los tratamientos denominados alternativos basan por lo general sus afirmaciones en casos aislados y no siguen el método científico. Es necesario tomar con mucho cuidado las afirmaciones acerca del control de la enfermedad de Crohn o de cualquier otra enfermedad por medio de dietas. Es cierto que algunas de ellas pueden aliviar considerablemente los síntomas de la enfermedad de Crohn, pero ninguna ha demostrado que consiga lograr remisiones prolongadas.
·        Tratamientos sintomáticos: en ocasiones, es necesario tomar ciertos medicamentos para aliviar los síntomas, como pueden ser las resinas tipo colestiramina o colestipol, para reabsorber la bilis que el intestino no es capaz de eliminar. También a veces se emplean antidiarreicos .No hay que olvidar el apoyo psicológico que estos pacientes necesitan a veces.
                                                                                                                       


Enfermedad diverticular

La enfermedad diverticular o diverticulosis se describe como la presencia de divertículos en la pared del colon, debido a aumento de la presión intraluminal, generalmente secundaria a disminución de la fibra dietaria. Este aumento de la presión intraluminal produce la pulsión de la mucosa a través de las capas musculares colónicas en sus puntos débiles, que corresponden a los puntos donde penetran los paquetes vasculonerviosos.


Síntomas

La mayoría de las personas con divertículos no parece presentar síntomas. Sin embargo, algunos expertos creen que cuando estos individuos presentan cólicos abdominales de causa inexplicada, diarrea y otros trastornos del tránsito intestinal, el origen es diverticular. La lesión de un divertículo puede producir hemorragia, a veces intensa, en el intestino, con salida por el recto. Tales hemorragias pueden producirse cuando las heces se estancan en el divertículo y lesionan un vaso sanguíneo (generalmente la arteria principal del divertículo). La hemorragia es más frecuente cuando los divertículos se encuentran en el colon ascendente que en el colon descendente. La colonoscopia (examen del intestino grueso con un tubo flexible de visualización) puede identificar el origen de la hemorragia.
Los divertículos por sí mismos no son peligrosos. Las heces atrapadas en ellos, sin embargo, pueden causar no sólo una hemorragia sino también inflamación e infección, resultando en una diverticulitis.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento se basa en reducir los espasmos intestinales. El consumo de una dieta rica en fibra (vegetales, frutas y cereales) es la mejor solución para reducirlos. Si ésta no es eficaz por sí sola, puede suplementarse con salvado o puede tomarse un agente formador de volumen, como 3,5 gramos de psilio en 250 mililitros de agua una o dos veces al día. También puede ser de ayuda la metilcelulosa. Deben evitarse las dietas bajas en fibras porque se necesita mayor presión para hacer avanzar el contenido intestinal resultante.
La diverticulosis no requiere intervención quirúrgica. Sin embargo, los divertículos gigantes sí, porque son más propensos a infectarse y perforarse.


Enfermedad por Reflujo gastroesofágico

La palabra reflujo significa ir en contra de un flujo, en este caso, del flujo normal de los alimentos. Al ser tragados, los alimentos pasan de la boca a la garganta (faringe), luego al esófago y después al estómago. En el estómago, los alimentos se mezclan con los jugos gástricos, que entre otras cosas se componen de ácido (el cual es necesario para digerir las proteínas). Este ácido no daña al estómago porque el órgano produce una sustancia mucosa que lo protege de la acción del ácido clorhidrico; sin embargo, este mucus protector no es producido por el esófago, la faringe o la boca. Si los alimentos y el ácido del estómago regresan al esófago, producirán irritación y quemaduras. Cuando el esófago está constantemente irritado por el ácido del estómago, se presentan los síntomas del reflujo gastroesofágico: agruras (pirosis), tos crónica (que dura más de un mes), falta de aire (a causa de un broncoespasmo), dificultad para tragar (disfagia) y en los casos más graves, dolor al tragar (odinofagia) o dolor en el pecho que se puede extender al cuello y la mandíbula; este dolor se debe a inflamación del esófago (esofagitis) y puede ser fácilmente confundido con un infarto de corazón.

Imagen en rayos X del tórax y abdomen de un paciente que tiene una gastrostomía. Se inyectó medio de contraste (líquido opaco) en el estómago, y se puede ver como el líquido se desplazó hacia arriba, llenando todo el esófago. Este paciente tenía una severa esofagitis inducida por reflujo.

Síntomas

El reflujo puede ser asintomático. La pirosis es el síntoma más frecuente, pudiendo aparecer también regurgitación, dolor torácico o disfagia. La odinofagia (dolor con la deglución) es un síntoma raro en esta enfermedad y si es importante se debe sospechar la existencia de una erosión o una úlcera esofágica.
También pueden aparecer hemorragias, faringitis, laringitis, crisis de broncoespasmo (similares a las crisis asmáticas), neumonías aspirativas o incluso fibrosis pulmonar. Las manifestaciones en el aparato respiratorio pueden deberse a aspiraciones directas del contenido refluido hacia el árbol respiratorio o a reflejos de broncoespasmo desencadenados por la presencia del ácido en el esofágo, vía nervio vago.
El dolor de esófago puede ser producto además del exceso de alcohol durante un período extendido. Principalmente cuando no se le da mayor descanso a los órganos.

Tratamiento

Actualmente el tratamiento del reflujo se basa en la supresión del ácido provocado en el estómago. Los medicamentos que han mostrado ser efectivos son los inhibidores de la bomba de protones. Los síntomas de la esofagitis erosiva característica de ciertos estudios avanzados del reflujo gastroesofágico tienden a recurrir en más del 80% de los pacientes antes de los 6 meses después de descontinuar la administración de inhibidores de la bomba de protones. Por esa razón, puede que sea necesaria una terapia de mantenimiento a largo plazo con una dosis completa o a mitad de la dosis para inhibir la recurrencia u otras complicaciones de la enfermedad.
Otros medicamentos como los bloqueadores de los receptores de histamina,no son tan efectivos en el tratamiento de esta patología.
En episodios de reflujo no ácido, el tratamiento supresor del ácido no tiene utilidad, se deben usar promotílicos y algunos antidepresivos, desgraciadamente este tipo de reflujo suele tener peor respuesta al tratamiento.
Cuando existe hernia hiatal, se puede usar la alternativa quirúrgica para el tratamiento del RGE. La cirugía más utilizada es la fundoplicatura de Nissen. En esta cirugía se toma parte del fondo gástrico y se tracciona alrededor del EEI, posteriormente se fija. Esto cura la hernia hiatal. Es efectivo para los pacientes que han mostrado respuesta adecuada a los inhibidores de bomba de protones. Los pacientes refractarios a este tratamiento son malos candidatos para esta cirugía. Anteriormente se usaban técnicas diferentes a la fundoplicatura de Nissen o de Toupet. Lo que se buscaba era fijar el hiato esofágico al EEI, pero la efectividad de la cirugía no tenía buen pronóstico. Posteriormente se hacían cirugías como la gastropexia de Hill, en la cual se fija la curvatura mayor del estómago a la pared abdominal anterior, aunque la efectividad de la cirugía era mejor, muchos de los pacientes seguían teniendo ERGE después del tratamiento quirúrgico, por lo que se propusieron las fundoplicaturas.


Esófago de Barrett

El esófago de Barrett, también llamado síndrome de Barrett se refiere a un cambio anormal de las células de la porción terminal del esófago, es decir, una metaplasia, que puede ser el resultado de lesiones debido a exposición al ácido estomacal o por esofagitis de reflujo. El esófago de Barrett está presente en un 10% de pacientes que buscan atención médica por reflujo gastroesofágico. Se considera un trastorno pre-maligno, por estar asociado a un mayor riesgo de cáncer del esófago.
              
                                                 Imagen de endoscopia del Esófago de Barrett

Causas

La principal causa de esófago de Barrett es la Enfermedad por reflujo gastroesofágico (RGE), la que permite que el contenido del estómago dañen las células que envuelven la superficie del esófago inferior. Sin embargo, no todos los pacientes con RGE desarrollan un esófago de Barrett. No se ha podido predecir con certeza cuales de los pacientes con pirosis llegará a tener un esófago de Barrett. A pesar de que no hay una relación entre la gravedad de la acidez y la aparición del esófago de Barrett, hay una relación directa entre la pirosis crónica y el desarrollo de un esófago de Barrett. Más aún, algunos pacientes con la metaplasia de Barrett no sufren de agruras en lo absoluto.

Tratamiento

Las recomendaciones actuales incluyen endoscopía y biopsias de rutina (en busca de cambios displásicos) anualmente, mientras que la enfermedad causante es controlada con inhibidores de la bomba de protones (IBP), en conjunto con otras medidas que eviten el reflujo. Los IBP no han probado prevenir el cáncer esofágico. Tratamientos con láser se han usado en displasias severas, y pueden requerir cirugía, radioterapia, o quimioterapia. Actualmente no hay manera de saber qué pacientes con esófago de Barrett desarrollarán cáncer esofágico, pero hay estudios que encontraron tres mutaciones genéticas asociadas con un riesgo de hasta 79% de desarrollar cáncer en 6 años.



Gastritis

Gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica, que en la gastroscopia se ve enrojecida, presentándose en diversas formas de imágenes rojizas en flama o como hemorragias subepiteliales. Sin embargo, el diagnóstico de certeza se obtiene por exploración endoscópica. En esta es posible que solo una parte del estómago esté afectada o que lo esté toda la esfera gástrica. Son varias sus causas, como los malos hábitos alimenticios, el estrés, el abuso en el consumo de analgésicos, desórdenes de autoinmunidad o la infección por Helicobacter pylori.

 Causas
La gastritis puede ser causada por lo siguiente:
·        Beber demasiado alcohol.
·        Comer alimentos picantes.
·        Fumar.
·        Usar por tiempo prolongado medicamentos antiinflamatorios no esteroides (su sigla en inglés es NSAID).
·        Infecciones por bacterias como E. coli, Salmonella o Helicobacter pylori.
·        Cirugía mayor.
·        Lesiones traumáticas o quemaduras.
·        Infección grave.
·        Ciertas enfermedades como la anemia megaloblástica (perniciosa), enfermedades autoinmunológicas y el reflujo biliar crónico.

Síntomas
En ocasiones no se presentan síntomas pero lo más habitual es que en esta se produzcan el ardor o dolor en el epigastrio, acompañado de náuseas, mareos, etc. Es frecuente encontrar síntomas relacionados al reflujo gastroesofágico, como la acidez de estómago. Los ardores en el epigastrio suelen ceder a corto plazo con la ingesta de alimentos, sobre todo leche. Pero, unas dos horas tras la ingesta, los alimentos pasan al duodeno y el ácido clorhídrico secretado para la digestión queda en el estómago, lo que hace que se agudicen los síntomas. También puede aparecer dolor abdominal en la parte superior (que puede empeorar al comer), indigestión o pérdida del apetito. En caso de que exista un componente ulceroso que sangre puede cursar con vómitos con sangre o con un material similar a posos de café, y heces oscuras.

Tratamiento

Generalmente, el tratamiento de la gastritis incluye antiácidos y otros medicamentos que ayudan a disminuir la acidez estomacal, a aliviar los síntomas y a estimular la curación del revestimiento del estómago, puesto que el ácido irrita al tejido inflamado. Si la gastritis está relacionada con una enfermedad o una infección, también se tratará ese problema.
A los pacientes también se les recomienda evitar comidas, bebidas o medicamentos que causan síntomas o irritan el revestimiento del estómago. Si la gastritis está relacionada con el fumar, se recomienda que deje de hacerlo.






Gastroparesis

La gastroparesis es un trastorno estomacal, en el cual el estómago tarda demasiado tiempo en vaciar su contenido. Si los alimentos permanecen en el estómago demasiado tiempo, pueden causar problemas como el crecimiento excesivo de bacterias a causa de su fermentación. Los alimentos también pueden endurecerse y formar masas sólidas llamadas bezoares, que pueden causar náuseas, vómitos y algunas veces obstrucción en el estómago. Esto puede ser peligroso si obstruye el paso de los alimentos hacia el intestino delgado.

       Causas

Esta condición a menudo es una complicación de la diabetes tipo 1. También puede presentarse en personas que tienen diabetes tipo 2, aunque no es muy frecuente. La gastroparesis es causada cuando el nervio vago, que controla los movimientos de los alimentos a través del tracto digestivo, se daña o deja de funcionar. Cuando esto sucede, el movimiento de los alimentos es lento o se detiene. El nervio vago se daña en personas que tienen diabetes, cuando los niveles de la glucosa (azúcar) de la sangre permanecen altos por largo tiempo.
        Otras causas de la gastroparesis pueden incluir las siguientes:
·        Anorexia nerviosa.
·        Cirugía en el estómago o en el nervio vago.
·        Síndromes posvíricos.
·        Ciertos medicamentos, particularmente los que disminuyen las contracciones del intestino.
·        Los trastornos de músculos lisos, como la amiloidosis y la escleroderma.
·        Las enfermedades del sistema nervioso, como la migraña abdominal y la enfermedad de Parkinson
·        Los trastornos metabólicos, incluyendo el hipotiroidismo.

      Síntomas

·        Náuseas.
·        Vómitos.
·        Pérdida de peso.
·        Sentirse lleno al empezar a comer.
·        Pesadez abdominal y, o incomodidad.

   Tratamiento

La gastroparesis normalmente es una condición crónica, de manera que el tratamiento no la cura, más bien se ayuda al paciente a controlar su condición. En la gastroparesis relacionada con la diabetes, el objetivo principal es volver a obtener el control de los niveles de glucosa en la sangre.
·        Medicamentos: Se utilizan varios medicamentos para tratar la gastroparesis. Su médico puede recetar combinaciones de medicamentos o diferentes medicamentos para determinar el más eficaz. Se ha demostrado además que la toxina botulínica ayuda a mejorar los síntomas si se inyecta directamente en el esfínter pilórico.
·        Modificaciones alimenticias: Los cambios en las costumbres alimenticias pueden ayudar a controlar la gastroparesis. Es más eficaz tomar los alimentos en seis comidas pequeñas en lugar de tres comidas grandes al día.
·        Cirugía: cuando fracasan otros tratamientos, es necesario realizar un procedimiento quirúrgico llamado yeyunostomía, en el cual se introduce a través de la piel del abdomen un tubo en el intestino delgado para su alimentación. Este tubo permite que los nutrientes sean puestos directamente en el intestino delgado, sin pasar por el estómago.
·        Nutrición parenteral: Una alternativa al tubo de yeyunostomía es la nutrición parenteral, en la cual los nutrientes se administran directamente en la corriente sanguínea sin pasar por el sistema digestivo.


Hernia de hiato

La hernia de hiato o hernia hiatal es una situación patológica que se da cuando parte del estómago se introduce hacia el tórax. El esófago entra en el abdomen desde el tórax a través de un agujero o hiato que se encuentra en el diafragma. El estómago protruye a través de este hiato debilitado y produce ardores (pirosis) y dolor torácico. La persistencia de esta hernia puede provocar una metaplasia de la mucosa esofágica y dar lugar al esófago de Barrett.


Causas

El debilitamiento o desgarre del hiato esofágico del diafragma puede ser causado por contribución de diversos factores, entre ellos:
·        Obesidad
·        Tos crónica
·        Estreñimiento
·        Posturas, como el doblarse con frecuencia o levantamiento constante de objetos pesados
·        Causas genéticas
·        Tabaquismo
·        Estrés

Síntomas

·        Dolor torácico
·        Acidez gástrica que empeora al agacharse o acostarse
·        Dificultad para deglutir
Una hernia de hiato en sí rara vez presenta síntomas. El dolor y la molestia generalmente se deben al reflujo del ácido gástrico, el aire o la bilis.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones.

La reducción de la regurgitación de los contenidos estomacales hacia el esófago (reflujo gastroesofágico) aliviará el dolor. Asimismo, se pueden prescribir medicamentos para neutralizar la acidez estomacal, disminuir la producción de ácido o fortalecer el esfínter esofágico inferior (el músculo que impide que el ácido se represe en el esófago).
Otras medidas para reducir los síntomas abarcan:

·        Evitar las comidas pesadas o abundantes
·        No acostarse ni agacharse inmediatamente después de una comida
·        Bajar de peso y no fumar
Si no se logra controlar los síntomas con estas medidas, o si se presentan complicaciones, puede ser necesaria una reparación quirúrgica de la hernia.


Hernia inguinal

Una hernia inguinal es una protrusión del contenido de la cavidad abdominal por un punto débil del conducto inguinal. Sólo una operación quirúrgica puede resolver una hernia inguinal. Hay dos tipos de hernias inguinales, una directa y la otra indirecta. Son eventos comunes y la reparación de hernias inguinales es la operación más frecuente en la práctica quirúrgica.

                                                     Hernia inguinal con protrusión de vísceras intestinales.

·          Hernia inguinal directa: En las hernias inguinales directas el contenido abdominal, en concreto el intestino delgado pasa a través de una debilidad de la musculatura abdominal y protruye en el área del triángulo de Hesselbach. Las hernias directas se presentan como una tumefacción ovalada, son reducibles y rara vez ingresan al escroto. Por lo general, no recorren por el conducto inguinal. Son las menos frecuentes, siendo un 0.5% de las hernias inguinales con una recidiva post operatoria de 1%. Son más comunes en adultos mayores de 45 años.

·        Hernia inguinal indirecta:Las hernias inguinales indirectas se producen cuando el contenido abdominal protruye a través del anillo inguinal interno o profundo. Bajan a lo largo del cordón espermático y, con el tiempo, suelen llegar al escroto. Son las hernias inguinales más frecuentes, con un posible factor genético y muy comunes en los niños. Pueden ocurrir en mujeres y cuando son completas producen hernias inguinales labiales.

Tratamiento

Es quirúrgico en prácticamente todos los casos. Solamente en pacientes que no puedan ser intervenidos se puede recomendar un braguero de contención herniaria.



Peritonitis

La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana serosa que recubre parte de la cavidad abdominal y las vísceras. La peritonitis puede ser localizada o generalizada, y puede resultar de la infección (a menudo debido a la ruptura de un órgano hueco, como puede ocurrir en el traumatismo abdominal o apendicitis) o de un proceso no infeccioso.
En el caso de las peritonitis agudas suelen manifestarse con dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, hipotensión, taquicardias y sed. La peritonitis, puede provocar una deshidratación en el paciente y provocar fallo orgánico múltiple, o multisistémico, lo cual puede llevar incluso a la muerte.

Causas

La peritonitis puede estar originada por diversas causas. Una de ellas es la apendicitis aguda: cuando se produce la perforación de un apéndice inflamado, el pus invade la cavidad abdominal causando la infección e inflamación del peritoneo. Otra causa frecuente de peritonitis es la úlcera duodenal perforada; la perforación de la úlcera permite el paso de los jugos gástricos y de la bilis hacia el espacio existente entre el peritoneo parietal y el visceral, y por su acción corrosiva produce lesiones que se infectan con rapidez. También pueden ser causa de peritonitis las lesiones producidas en el abdomen por arma blanca o por fuertes contusiones (puñetazos, patadas o golpes producidos en casos de accidentes), entre otros.

Síntomas

Las principales manifestaciones clínicas de la peritonitis son el dolor abdominal repentino, exacerbado por acciones que causen movimientos del peritoneo, como por ejemplo, el toser, el flexionar las caderas o cuando el examinador realiza la palpación profunda del abdomen. La localización del dolor puede ser generalizada o específica dependiendo de la ubicación de la inflamación, como por ejemplo, originado por una apendicitis o una diverticulitis.
Otros signos y síntomas que pueden acompañar a una peritonitis incluyen:
·        Rigidez abdominal difusa, especialmente en la peritonitis generalizada.
·        Fiebre.
·        Taquicardia, por lo general asociada a la fiebre.
·        Aparición de ileo paralítico, es decir, parálisis intestinal, lo cual puede también causar náuseas y vómitos.

Tratamiento

Se debe identificar y tratar la causa oportunamente. El tratamiento típico implica una cirugía y el uso de antibióticos.


Síndrome de intestino irritable

El síndrome del intestino irritable o también llamado colon irritable, colitis funcional, neurosis intestinal, es una enfermedad digestiva crónica de origen desconocido y que afecta de manera desigual a un amplio porcentaje de la población (14% en los Estados Unidos de América)

Síntomas

Los síntomas son variados y dispersos, caracterizados principalmente por molestias o dolor abdominal, diarrea, despeños diarreicos o estreñimiento crónicos a veces alternados o a veces con solo uno de estos síntomas y sensación de plenitud. Pero siempre se trata de molestias abdominales con algún tipo de disfunción en la motilidad intestinal y con resultado negativo de todos los análisis realizados en el tracto digestivo, desde estudios contrastados del intestino, analítica, scanners, endoscopías, etc. Otro dato indicativo es la hipersensibilidad a cualquier distensión abdominal producida por gases o alimentos irritantes.
Suele ser una afección crónica y acompañar al paciente a lo largo de toda su vida, unas veces con síntomas leves que no precisan ir al médico, otras veces suponiendo un importante trastorno en su vida diaria.

Tratamiento

Ningún tratamiento es definitivo contra este síndrome, pero no tomar medidas puede producir que esta acabe siendo crónica. Los tratamientos existentes se dirigen a atacar y prevenir las crisis sintomáticas. Estas crisis varían en intensidad y en frecuencia de presentación de acuerdo a cada individuo.
El magnesio contenido en los alimentos o en ciertas aguas minerales es utilizado como uno de los principales elementos naturales para la mejora del tránsito intestinal y como anti-estrés. También puede ser consumido como un complemento alimenticio.
La cáscara en polvo de Psyllium son altamente efectivos para regular el funcionamiento del intestino, ayudando mucho a controlar la enfermedad, y mejorar enormemente la calidad de vida de quienes padecen este trastorno. Es de utilidad sobre todo en los pacientes estreñidos.
La domperidona y similares, suele ser un medicamento de tratamiento sintomático efectivo, al regular la motilidad intestinal.
Los antiespasmódicos funcionan relajando el intestino y de esa forma aliviando el dolor. Tienen el inconveniente de que promueven el estreñimiento y el paciente llega a desarrollar resistencia a su efecto por tolerancia.
El Tegaserod es un estimulante de los receptores de serotonina intestinales y ha probado ser muy efectivo en el colon irritable variedad estreñida. Funciona estimulando la motilidad del colon ya que la serotonina es un neurotransmisor excitatorio del intestino. Funciona mejorando el dolor, el estreñimiento y la distensión.
A todos estos se les puede agregar los moduladores de la motilidad intestinal del tipo de la cinitaprida, la cual debe ser recetada por un médico para controlar sus dosis por la sensibilidad variada al producto.



Úlcera péptica

Una úlcera es toda lesión de la piel o membrana mucosa con forma crateriforme (forma de un cráter, al perderse parte del tejido) y con escasa o nula tendencia a la cicatrización.
Una úlcera péptica es aquella que afecta la mucosa que recubre el estómago o el duodeno (la primera parte del intestino delgado). Se clasifican en úlceras gástricas y úlceras duodenales, estas últimas son mucho más frecuentes. Las úlceras pépticas pueden aparecer tanto en las mujeres como en los hombres desde la infancia hasta edades avanzadas. Se trata de una enfermedad común que afecta a una de cada 10 personas en algún momento de su vida.


Causas
La causa de la úlcera es un desequilibrio entre los factores agresivos para la mucosa gastroduodenal y los defensivos. Entre los agentes agresivos los más importantes son la secreción de ácido gástrico que se realiza por las células parietales, la infección por la bacteria Helicobacter pylori (causante de la mayoría de los casos) y los tratamientos con medicamentos Antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como la aspirina y el ibuprofeno. Los factores protectores son la secreción gástrica de moco y bicarbonato, el flujo sanguíneo adecuado a la mucosa gastroduodenal, los mecanismos naturales de reparación de la mucosa y la secreción de prostaglandinas que estimulan la producción de moco y bicarbonato.

Síntomas

El síntoma más característico es la existencia de dolor que se localiza en la zona central y superior del abdomen (epigastrio). El dolor puede definirse como corrosivo y suele hacer su aparición entre 1 y 3 horas después de las comidas o por la noche durante las horas de sueño. Suele ceder tras la ingesta de alimentos, y seguir una evolución cíclica con exacerbaciones de semanas o meses de duración que se intercalan con periodos en los que no se manifiesta.
Otros síntomas frecuentes son la existencia de reflujo gastroesofágico, pirosis, ardores o acidez que desaparecen con la toma de algún agente alcalino como el bicarbonato o los antiácidos. También náuseas, vómitos y pérdida de peso. En algunos casos hasta sangrado.
Hay que tener en cuenta que este cortejo de manifestaciones no siempre están presentes. Algunas personas presentan tan solo un síntoma leve o ninguno. Muchos de estos síntomas son semiologías compartidas por otras afecciones como la gastritis erosiva, litiasis biliar, pancreatitis, cáncer de estómago, etc.

Tratamiento

Si la ulcera es causada por H. Pylori, el tratamiento puede incluir una combinación de:

·        Antibióticos que matan la bacteria: metronidazol, tetraciclina, claritromicina y amoxicilina.
·        Bloqueadores H2 e inhibidores de la H+, K+ -ATPasa (bomba de protones) que reducen los ácidos estomacales: Como bloqueadores están la cimetidina, ranitidina, famotidina y nizatidina. Los inhibidores de la bomba de protones bloquean el mecanismo mediante el cual los ácidos entran al estomago, son el omeprazole y lansoprazole
·        Medicación que protege la mucosa gástrica: el bismuto subsalicilato y el sucralfate ayudan a recubrir la ulcera permitiendo su cicatrización.
Cuando la ulcera es causada por el uso de AINES, el tratamiento consiste en suspenderlos y tratar los síntomas con Bloqueadores H2, inhibidores de la bomba de protón y con sucralfate.
La intervención quirúrgica a veces es necesaria para manejar las complicaciones de la ulcera como por ejemplo sangrado, perforación u obstrucción, que no responden a otro tipo de tratamiento.